JOAN MIQUEL OLIVER: SI TÚ ME ENTIENDES...
Por Carlos G. Cano
Vale, cuesta entender qué dicen. Pero seguro que algo tiene que ver ese dulce acento mallorquín con el encandilamiento masivo que provocan los chicos del grupo más en forma del país. Joan Miquel Oliver, compositor y letrista de Antònia Font, aguarda pacientemente al otro lado del teléfono hasta que logro resolver algún que otro problema técnico.
Me cuenta que está en el estudio probando una máquina nueva, un compresor. Responde tímido y adormilado. Da la sensación de que se aburre tremendamente con las entrevistas. Y a decir verdad no me extraña. Es mucho más divertido ponerse en órbita o viajar al fondo del mar en submarino.
“Batiscafo Katiuscas” no ha decepcionado a los que se rindieron ante el exquisito pop de “Taxi”. Pero la irreparable originalidad de Joan Miquel, por harto que esté de los periodistas, sigue despertando multitud de incógnitas. Esta entrevista no las resuelve todas. Habrá que seguir creyendo, pues, en lo que él mismo cantaba: “yo sé que tú me entiendes”...
-El disco está recibiendo muy buenas críticas.
La crítica es una cosa que, hasta que no sale, no tienes ni idea de si va a ser positiva o negativa. Nunca sabes lo que un crítico tiene en la cabeza. En principio no ha de influir en nuestro trabajo pero emocionalmente, cuando el disco está en la calle, sí nos afecta, y la verdad es que no podemos estar más satisfechos del recibimiento que ha tenido el Batiscafo.
-De momento no salís de Baleares y Cataluña. Y eso que se os escucha mucho en el resto de España.
Sí, pero no tanto como aquí. Nosotros tocamos donde nos quieren. La verdad es que el disco funciona y creemos que estaría bien salir de Cataluña, pero de momento aquí tenemos trabajo. De cara al invierno tal vez hacemos conciertos un poco más arriesgados, para ver qué pasa, pero de momento hay que aprovechar lo que tenemos por aquí.
-Has comparado el viaje interior que describe “Batiscafo Katiuscas” con el Major Tom de David Bowie y en los conciertos tocáis una canción de Pink Floyd. ¿Hasta qué punto te ha influido la música inglesa a la hora de componer?
La música inglesa de los años 60 y 70 es la música clásica del pop. Hay discos que están muy bien. La canción que tocamos en directo se llama Interstellar Overdrive y es del primer disco de Pink Floyd, “The Piper at the Gates of Dawn”. David Bowie es otro. Kevin Ayers tiene un disco, “Joy of a Toy”, que está muy bien... Es inevitable que las joyas de la historia de la música te salgan en un momento u otro.
-El día de Sant Jordi estuviste cantando con Sisa. ¿Qué tal?
Muy bien. Yo había preparado 20 minutitos y el 20 más. El día de antes fuimos a tomar un par de copas y dijimos: “nos vemos media hora antes y a ver qué podemos hacer”. Nos metimos en el camerino, nos explicamos qué teníamos previsto y lo combinamos. Yo le acompañé en sus poemas y él recitó cosas suyas en las partes instrumentales de mis temas. Quedó muy bien, para haberlo... más que ensayado, pactado durante 15 minutos. Pensamos que podríamos preparar un espectáculo de hora y media o dos porque resultaría fácil: tenemos repertorio, nos entendemos perfectamente y cuando improvisamos sale bien.
-Últimamente, en Barcelona parece que la política cultural se diseña pensando en los turistas... ¿Algo parecido a lo que ha pasado con las playas de Mallorca?
No tengo ni idea de lo que me estás contando pero de todas maneras, si lo que vendes es cultura, aún está bien. Lo triste es vender sol y playa, destrozar el territorio y cambiar la idiosincrasia de un país por que vengan cuatro hooligans a destrozar tu casa. Eso es lo triste. Pero si lo que vendes es cultura, bienvenidos sean los guiris. Si es lo que les interesa a ellos...
-Bueno, yo me refería a la pérdida de espontaneidad, al control que ejerce el Ayuntamiento...
No sé, no lo conozco bien. Barcelona es una ciudad viva culturalmente. La cultura de calle no es mi tema, la verdad. Yo me dedico al arte y siempre digo que lo que hago es artificial. Que hago ver que soy de una manera porque vengo de una tierra concreta, pero cada vez me gusta menos que se me note de dónde vengo. Intento hacer una obra que sea lo más independiente posible de mí mismo. El arte, en general, ha de tener un punto de artificial para que me interese. Lo importante del arte es la obra, no el artista. Cuando se ve mucho el artista, ya no me interesa. Me gusta el arte anónimo.
-¿Por dónde te mueves, en Barcelona?
Mira, no sé si es porque soy mallorquín, pero en eso soy bastante guiri. Voy adonde va todo el mundo. De día doy vueltas por las Ramblas, el Barrio Gótico y el Raval. Y de noche por el Raval. Cuatro baretos que me gustan, que hacen música y están muy bien. Y a veces allá arriba, a Gràcia, al teatro aquél.
-Tengo entendido que te encanta perderte sólo por Barcelona...
Me gusta porque siempre conoces a alguien que te dice “vente para aquí”... Un día fuimos a tocar a La Cerilla, que es un bar del Raval, y había un grupo que nos encantó: Dock House. Después estuve hablando con el batería, que me dijo que tocaba en otro grupo, en un local que está en la calle Robadors 23. A veces voy solo y a veces acompañado. De todas maneras, a nivel nocturno, Barcelona funciona como una ciudad pequeña, todo el mundo se conoce. Me he encontrado mucha gente conocida. Perderse anónimamente es un poco imposible... Casi es más fácil pasar desapercibido en Palma.
-¿Alguna vez te has planteado venir a vivir aquí?
Sí pero la verdad es que... me gusta, lo reconozco, pero me cabrea que a las tres lo cierren todo y nos echen a golpe de manguera. Es un poco triste ver gente buscando bares como loca. Te obligan a ir a dormir... Pero bueno, es una cuestión de modas. Conozco gente que ha vivido en Barcelona en los setentas y los ochentas, de la generación de Sisa, y me han explicado que va esto por fases; que ahora va así pero que luego se pasa. Bueno, pues entonces tal vez me venga.
-¿Qué tal es venir de viaje a Barcelona?
Cada vez tengo menos sensación de estar viajando. En tres meses, desde que empezamos la promoción del Batiscafo, habré venido unas 10 veces. Sé lo que hay que hacer, siempre voy al mismo hotel, ya me conocen. Al principio era un trauma coger el avión. Ahora ya no, forma parte del bolo. Un bolo sin avión ya no es tan bolo.
-“Bambo”o desprende mucha ternura. ¿Te has inspirado en algún niño?
Pues sí. Si soy sincero, es una canción que le he hecho a Joanet. Tenemos un niño que este verano cumplirá tres años y es una canción que le he hecho a él.
-¿Algo que ver con los patitos de goma de “Darrera una revista”?
He grabado un repertorio de canciones infantiles para Joanet. No en una calidad brutal, pero sí con las ideas, por si algún día quiero hacerlo bien. Y los patitos los he cogido de otra canción dedicada a él.
-A penas quedan entradas para el concierto en el Auditori. ¿Cómo se presenta la gira?
Hay mucha diferencia entre ésta y las anteriores. Siempre habíamos sido un grupo de repertorio y en directo nos habíamos limitado a interpretarlo. El directo de Antònia Font no tenía valor añadido respecto a los discos. Pero ahora sí, creo que tenemos un directo importante. Cogemos lo mejor de “Alegria”, lo mejor de “Taxi” y la verdad es que funciona muy bien. Estamos muy satisfechos. Además ya no tocamos tanto para el púlico en general, entre comillas. Ahora vienen a vernos a nosotros. Igual sólo tienes 350 personas enfrente pero ¡coño! todos son fans incondicionales, han pagado la entrada y vienen a verte a ti. La respuesta del público es más evidente y tú tocas de otra manera.
-No estás en el Primavera Sound... ¿No hay ningún grupo quieras ver?
Soy muy torpe para estos temas. Voy viendo nombres y no sé ni quién son, ni si son catalanes o extranjeros. No me entero ni una puta mierda de nada. Un grupo que me gustaría ver es Beef, que siempre me han gustado mucho. Tengo dos discos suyos y me entusiasman. Los vi el otro día en TV3 y pensé: “¡Coño!, a éstos sí que me gustaría verlos”. Si fuera por algún grupo iría por ellos pero, bueno, son un grupo asequible, no hace falta ir a un Primavera Sound.
-Sorprende que uno de los discos que más escuchas últimamente sea el de Bebe.
Me gusta todo de ella, sinceramente. Me gusta cómo canta, las letras, cómo baila, y también físicamente. O sea, me gusta todo. La verdad es que no la conozco pero me gustaría, si tú me entiendes...
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