n3fen's blog

lunes, diciembre 18, 2006

Cancion nº 3

Tal vez he confiado demasiado en la buena suerte, pero veía todos esos concursos de la televisión y parecía fácil ganar todo el dinero necesario. Soñaba con ganar suficiente para arreglar mi moto y para comprarte un anillo de diamantes. Viendo lo que hay, supongo que no he tenido mucha suerte. La gente piensa que soy un vago, pero tú sabes que no es cierto. Estoy trabajando duro en mi sistema. Es un sistema para acertar quinielas. Tengo todos los datos y sé qué jugadores están en forma y cuáles no. Sé cuántos goles de media está metiendo cada equipo por jornada, y hasta sé cuál es el portero que recibe más tiros en los palos. Lo tengo todo controlado, pero no estoy teniendo mucha suerte. Tú decías que si de verdad te quisiera, trabajaría para darte algo, una casa, o al menos un coche, o al menos dinero suficiente para pagar la luz y el agua. Decías también que un hombre de verdad no aguantaría que su mujer lo pagase todo. Puede que tuvieses razón todo el tiempo, pero también puede ser que no. A lo mejor yo soy un hombre de verdad, sin toda la suerte que se merece.

Los animales de dos en dos...

a vegades el que sembla molt original, no ho és tant. Només hem de donar una ullada al passat... gràcies a youtube.

viernes, diciembre 15, 2006

cancion nº 2

He visto a un tío disparar dentro de un supermercado con una recortada. No era una gran película, pero los disparos hacían buenos agujeros y las caídas eran buenas también. Había una chica. Una pelirroja que trabajaba de camarera. Casi todo el tiempo estaba el tío de la recortada disparando sobre todo lo que se movía y sobre lo que no se movía: botes de tomate frito y cajas de spaguettis. Pero a ratos aparecía la chica, y bueno, ella sabía que aquello no estaba bien, pero aún y así le quería. Él era un tipo duro, con la cara picada, y ella era una de esas camareras de película. Cuando no estaba disparando, el tío iba a recogerla al bar. La subía en su coche y la llevaba a la playa. Ella sabía que no era un santo, pero también sabía que él nunca iba a apuntarla con la recortada. Así que lo pasaba bien. Se tumbaban en la arena. Entraban y salían del agua. Se daban besos y follaban. Ella era todo lo feliz que puede ser una preciosa camarera. Cuando al tío le pillaron, ella estuvo siempre a su lado. Había disparado a niños y a mujeres. El jurado no podía ni mirarle a la cara. Dijeron que era un animal salvaje, pero ella siguió queriéndole. Sabía que lo de la recortada no iba con ella. Siguió queriéndole después de que le frieran en la silla. No era una gran película, ¿sabes?, pero era un gran amor.

miércoles, diciembre 13, 2006

10 CANCIONES DE AMOR Y 7 CAMINOS DISTINTOS DE VUELTA A CASA

Relatos escritos por Ray Loriga.

Cancion número I

Cuando tenía catorce años, todavía rezaba y le pedía a Dios una chica bonita. Jugábamos al fútbol todos los fines de semana y no siempre ganábamos. En realidad, nunca ganábamos. Bebíamos cerveza y le pedíamos a Dios una chica bonita. Teníamos corbatas pero no las usábamos, sabíamos muchas oraciones pero no las rezábamos. Sólo nos acordábamos de Dios para pedirle una chica bonita. A los dieciocho entré a trabajar en una tienda; nada más verle la cara al encargado, perdía la fe. Era el chico de los recados, y aunque rea un mal trabajo, mal pagado, Dios sabe que nunca me quejé y que todo lo que quería era una chica bonita. Un día pedí permiso para ir al funeral de mi abuelo y me lo negaron. Un día pedí permiso para ir a vomitar y me lo negaron. Trabajaba cuando estaba enfermo, porque decían que había muchos esperando mi puesto. No era divertido, pero yo no pedía nada. No pedía nada más que una chica bonita. Ahora que te has ido, paso el día viendo la televisión. No me gustan los concursos, pero he llamado a uno que se titula Llame y pida. Sé que parece un jodido juego de palabras, pero no importa. He llamado y sólo he pedido un poco más de lo que tenía antes. Lo único que he conseguido es una batería de cocina mandada a la dirección equivocada. No acabo de entender por qué es todo tan difícil. Nunca he pedido nada. Nada que no sea una chica bonita.